La noche anterior, remoja los garbanzos secos en agua. Colócalos en un bol grande y con suficiente agua ya que su tamaño se va a triplicar. Esta receta no es conveniente con garbanzos en lata. 

En el momento de preparar la receta, escurre y enjuaga los garbanzos. En un procesador de alimentos, muele la cebolla, el cilantro, el perejil y el ajo hasta que estén picados, pero no más que eso.

Después, añade los garbanzos, el comino, sal y la pimienta.

La textura debe dejar que formes unas bolitas y se peguen, pero sin convertir en papilla.

Saca el cuchillo del procesador de alimentos y agrega la harina con el polvo de hornear. Mezcla todo y deja reposar en el refrigerador por unos 20 minutos.

Precalienta el horno a 200 grados, coloca el papel de hornear en la bandeja del horno.

Usa tus manos para formar una bola de faláfel y colócalas en la bandeja de horno. Si encuentras que la mezcla está demasiado húmeda, puedes agregar otra cucharada de harina de garbanzo. Si está demasiado seca y se desmorona, puedes agregar una cucharadita o dos de agua.

Una vez esté lista, dejamos los faláfeles al horno entre 20-35 minutos hasta que queden de color café y crujientes por fuera. 

Sirve el falafel inmediatamente, mientras esté caliente y crujiente. Recomiendo servirlas con la salsa de yogurt vegano. 

¡Y a disfrutar!